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" El niño interior necesita sanar; en realidad necesita una tremenda cantidad de sanación, porque los elementos positivos de nuestra mente inconsciente han quedado oscurecidos por los miedos, las inseguridades, los dogmas y el erróneo condicionamiento religioso de los primeros días de nuestra infancia"
Gurdip Hari

La curación de nuestro Niño Interior es uno de los pasos más importantes y profundos de nuestro viaje hacia la conciencia. Para lograrlo se realiza una serie de ejercicios y experiencias terapeúticas que nos permiten poco a poco ir recuperando nuestra fuerza vital y sanar la vergüenza tóxica que nos envenena.

Aquel niño que fuimos, herido por la prepotencia, el maltrato o el abuso sexual, aquel niño cuyo ser propio nadie tomó en cuenta, puede permitirnos ahora convertirnos en ese anhelado padre o madre que no tuvimos.

Después de su nacimiento, el ser humano es completamente vulnerable y dependiente de los adultos. Para llegar a controlar su ambiente, va desarrollando una gran cantidad de “Yoes”, energías psíquicas o subpersonalidades que, si bien lo protegen , acaban por aislar a esa huella psíquica original. Si el adulto logra entrar en contacto con ese niño interior, estará tomando conciencia de su vulnerabilidad. Los sentimientos de aislamiento , soledad, desamparo, miedo y dolor, pertenecen a ese niño vulnerable, que busca a toda costa la sensación de seguridad. Sin embargo, ese niño interior también es un niño juguetón ,y un niño mágico, creativo y fantaseoso. Además, a través de el puedo alcanzarse la intimidad, y es la puerta hacia el desarrollo de la espiritualidad.

El niño interior requiere de protectores, y no puede quedar solo. Es importante, después de tomar contacto con él, averiguar sus gustos y sus necesidades, procurando satisfacerlos. La comunicación con el niño interior debe de ser constante y amorosa.

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